Night Fever

Imagen extraída de: amazon.com

Una fiebre que no termina

En una fecha como esta, pero en 1978, el grupo musical británico de rock y pop Bee Gees tocaba la cima de los charts británicos con Night Fever, sencillo que ocupó el # 1 del Billboard Hot 100 por ocho semanas consecutivas. Llama la atención que, tanto la canción que antecedió a Night Fever en esta posición como la que le sucedió fueron escritas y producidas por los célebres hermanos Gibb, integrantes de Bee Gees, de los cuales el único que sobrevive es Barry Gibb, quien cumplirá sus 75 años el 1º de septiembre del año en curso y a quien reconocemos, especialmente, por su característico falsete, que destaca en canciones como la que hoy conmemoramos, Stayin’ Alive (1977), Too Much Heaven y Tragedy (Spirits Having Flown, 1979).

Ya la entrada inconfundible de Night Fever es todo un emblema de la música disco. Sus 18 segundos bastan para remitirnos a los 70 con toda su pompa, sensación de abundancia, luces y deseo de gozar la vida hasta el final. El falsete de Barry Gibb en los 15 segundos posteriores nos hace amar ya esta pieza que habla de una sensación que alguna vez todos hemos tenido: las noches, sobre todo, las noches de fin de semana traen consigo una sensación de bienestar y un movimiento que casi exige salir a las calles a participar de ese baile general cuyos ecos llevan las olas del viento que, poéticamente, menciona Barry Gibb con su fantástica voz. Si a esto se le suman unas dosis adecuadas de bebidas espirituosas, bueno, no se diga más. Y es que, como diría un conocido mío, uno se siente vacío o incompleto si las noches de fin de semana ―aplica particularmente para viernes y sábados― son iguales a las de los otros días. Esto tiene, incluso, connotaciones religiosas que los abundantes doctores de la Iglesia nos sabrán explicar con lujo de detalles.

La estrofa de Barry y Robin Gibb en el segundo 36 trae el elemento faltante para que las noches estén completas y es la antesala perfecta al coro que vendrá después y al que se suma la voz de Maurice Gibb: “And that sweet city woman, /she moves through the light/Controlling my mind and my soul/when you reach out for me/yeah, and the feelin’ is bright”. Estos elementos juegan en el resto de la canción, deslizándonos suavemente por el mundo de la música disco y haciendo que esta fiebre nocturna sea una fiebre que no termina.

Escrito por: Carlos Andrés Gómez
La Ciudad del Sonido / 2021
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