Badly Drawn Boy

Badly Drawn Boy

El Regreso.

La Asociación Británica de Discográficas le dio el Mercury Price en el año 2000 por su opera prima, The Hour of Bewilderbeast (Twisted Nerve, XL Recordings), y dejó esperando, nada más y nada menos, que a Coldplay y The Delgados. Dos años después, Nick Hornby, el escritor británico, autor de la novela High Fidelity (Victor Gollancz, 1995), lo escogió para que hiciera la banda sonora de la adaptación al cine, titulada About a Boy (Studio Canal, Tribeca Productions, Working Title Films, 2002). Durante la primera década del siglo XXI, realizó una serie de álbumes bastante bien valorados que lo ubicaron como uno de los mejores músicos alternativos de Gran Bretaña.

Imaginativo, ecléctico, incisivo y vulnerable al mismo tiempo, Badly Drawn Boy parecía estar en el pico de la ola en el año 2012, cuando terminó la banda sonora de Being Flynn (Focus Features, Tribeca Productions, Depth of Field, 2012), pero Damon Gough, el hombre detrás del proyecto y de ese curioso nombre artístico, estaba roto, y repararse le tomaría más tiempo del que cualquiera hubiese anticipado. Cuando Gough se divorció de su esposa, Claire, la mujer con la que había vivido los últimos quince años y con la que había tenido dos hijos, el músico nacido en Berdfordshire (Inglaterra), en 1969, tuvo un instante de lucidez. Algo estaba mal y venía mal desde hacía mucho tiempo. La música cesó durante ocho largos años.

En 2020, en medio de los tiempos más extraños por los que todos hayamos pasado, Badly Drawn Boy regresó con Banana Skin Shoes (One Last Fruit), un álbum menos extravagante, pero, igualmente bello, del cual compartimos hoy tres hermosas canciones.

Escrito por: Carlos Andrés Gómez
La Ciudad del Sonido / 2022
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