Obituario Musical

El pasado 5 de junio se cumplieron 205 años de la muerte del gran Giovanni Gregorio Cataldo Paisiello, compositor clásico italiano, miembro de la escuela napolitana, principalmente, en el campo de la ópera bufa, también denominada commedia per música o dramma giocoso per musica, cuyas principales características son el uso de personajes muy conocidos, el recurso a temas cotidianos o superficiales y los recitativos más extensos con el fin de hacerlos más comprensibles para la audiencia y escritos en la lengua del pueblo, no en italiano o alemán.

Paisiello estrenó numerosas obras en Italia. En 1776 fue invitado a Rusia y nombrado maestro de capilla de la emperatriz Catalina II y director del Teatro Italiano en San Petersburgo. Después de una estancia de ocho años, regresó definitivamente a Nápoles, donde fue maestro de capilla de Fernando IV hasta 1799. Después, fue maestro de la capilla de Murat y José Bonaparte. Compuso dos sonatas para violín, una para arpa, doce cuartetos con piano, seis cuartetos para cuerda, seis conciertos para piano, doce sinfonías y un concierto para arpa.

En el campo de la música religiosa escribió cuarenta misas, cuarenta motetes, cantatas, oratorios, un Te Deum y un Miserere. Paisiello destacó con su producción de unas cien óperas, en las que sobresale un talento melódico y su instrumentación colorística. Entre ellas las más representativas del periodo prerromántico son Il re Teodoro (1784), La molinara (1788) y Nina (1789).

En su Anecdotario Musical (Hombre Nuevo Editores, 2007), el maestro Rodolfo Pérez González cuenta que, durante la estadía de Paisiello en Rusia, siendo la emperatriz Catalina su discípula, ocurrió un hecho digno de memoria y que muestra el valor conferido al gran compositor italiano por esta eminente figura de la vida política europea. Una mañana, Paisiello tiritaba de frío. La emperatriz Catalina se dio cuenta de la situación y lo cubrió con una hermosa capa, ornamentada con piedras preciosas de elevado costo. Otra anécdota memorable fue la respuesta que dio la misma emperatriz al mariscal Beloselsky, negándose a la dimisión de Paisiello que el mariscal exigía después de un pleito entre ambos: “En cuanto a su rango, está en mi poder hacer cincuenta mariscales, pero ni un solo Paisiello”.